Cuñadismo 2.0 - el hombre al que nada es ajeno

Hubo un tiempo en el que el cuñao dominaba la mesa del domingo. Hombre con polo metido dentro del pantalón, copa de vino o caña en mano y sabiduría universal sobre geopolítica, cambio climático o fueras de juego.


El cuñado 1.0 fue el Google antes de Google. El chat-GPT que no leía periódicos y que te confundía preguntas sobre el punto G con coordenadas del GPS o canciones de Karol G. Macho de manual, opinador, vehemente, políticamente incorrecto (piensa en un Arévalo haciendo chistes de mariquitas). Boomerismo con olor a Brummel.

Y aunque hoy todos identificamos y nos reímos del estereotipo, quizás no somos tan diferentes. Quizás todos llevamos un pequeño cuñado dentro. 

DEL CUÑADO 1.0 AL NEO-CUÑADO 

Internet se ha encargado de actualizar el concepto de ‘cuñado’. Si el cuñado “clásico” necesitaba una sobremesa para soltar su sabiduría, el nuevo cuñado solo necesita una story y un filtro Valencia o un hilo ‘jugoso’ en X para desplegar toda su retórica para el deleite de todos su follower. 

 

Miami me lo confirmó y las redes se lo reforzaron; la fuerza del destino (que cantara Mecano) o del algoritmo no hacen sino ampliar como ondas en la charca (sic) y dar alas al impacto de sus hilos: apoyo entre iguales, confrontación entre contrarios y ensalzamiento de unas ideologías… que vistas desde bien alto son bastante comunes.

Porque sí, el neo-cuñadismo ya no va de tener opiniones sin base, sino de ensalzar lo común; convertir la normalidad en lifestyle.

 

El nuevo cuñado no hace deporte; va al ‘templo’ a hacer crossfit, se arregla la barba en una barbería, dice ‘me renta’, coge reservados con cachimba, tiene un Instagram lleno de sus fotos en la playa y se come una smash como cheat meal (con crítica gastronómica incluida. Sí, de un smash).

  

Lee el premio Planeta, ve las series más premiadas de la temporada, deja de fondo El Hormiguero o La Revuelta, escucha podcasts, se mete por el culo libros de autoayuda disfrazados de filosofía estoicista.  

 

Cree que cuestiona la norma, pero en el fondo la reproduce (gracias Jose María, por compartir que hoy fuiste al gym tirando de motivación y no de ganas) 

“BÁSICO”, “NORMIE”, “NPC”: LA EVOLUCIÓN NATURAL DEL CUÑADO 

El neo-cuñado se podría mofar de lo mismo que consume. Fotos del post-entreno; restaurantes de franquicia, ocio en centros comerciales. Nos reímos del normie desde nuestro iPhone. Nos burlamos del NPC, pero terminamos sobrepagando el destino veraniego de moda.

 

Y aquí está la magia del asunto: el nuevo cuñadismo no se combate, se asume, se transita y se abraza. Ser cuñado hoy es saber un poco de todo, hacer como que no te importa nada y sentirte superior por saber que, en el fondo, todos somos iguales. Es el nirvana del ego contemporáneo: el auto roast permanente. 

POST-NIHILISMO O CÓMO ACEPTAR QUE TODOS SOMOS CUÑADOS NPCS CON BUENA CARA 

No buscamos sentido, solo wifi y bienestar. Y quizás esa sea la evolución definitiva del cuñado: pasar de tener todas las respuestas a no necesitar ninguna. Abrazar la rutina pero con ironía y consciencia; saber que somos básicos, pero que lo llevamos con estilo. Sin avergonzarnos de repetir clichés.

 

Ser un cuñado 2.0 es abrazar el absurdo con crema hidratante y autoestima suficiente como para no tomarte nada (sobre todo a uno mismo) demasiado en serio. Y si el mundo no tiene sentido, al menos que te pille con buena luz y sin ojeras.

 

Así que, sí: todos somos algo “cuñados” en el fondo y en la superficie. Algunos de sobremesa, otros de feed. Algunos opinan en la barra del bar, otros en hilos de Reddit sobre alta y baja cultura. Lo importante no es dejar de serlo, sino elegir qué tipo de cuñado quieres ser: ¿El que se queja de todo o el que se ríe de todo, hasta de sí mismo?

 

Quizás el verdadero ‘subir de nivel’ masculino no está en el gym, sino en aprender a decir “no tengo ni idea de por qué, pero me gusta”. Y si para llegar a esa iluminación hay que pasar por una Tagliatella, un reel con audio de Rosalía y un poco de serum de noche, pues bienvenido sea.  

P.D.: El blog de esta semana viene patrocinado por nuestro serum Tan-Tan-Go. Combina autobronceador progresivo que te pone moreno no dorito con antioxidantes que frenan el envejecimiento. Para que tengas cara-cuñado muchos años y bronceada.

Cuñadismo 2.0 - el hombre al que nada es ajeno

Hubo un tiempo en el que el cuñao dominaba la mesa del domingo. Hombre con polo metido dentro del pantalón, copa de vino o caña en mano y sabiduría universal sobre geopolítica, cambio climático o fueras de juego.


El cuñado 1.0 fue el Google antes de Google. El chat-GPT que no leía periódicos y que te confundía preguntas sobre el punto G con coordenadas del GPS o canciones de Karol G. Macho de manual, opinador, vehemente, políticamente incorrecto (piensa en un Arévalo haciendo chistes de mariquitas). Boomerismo con olor a Brummel.

 

Y aunque hoy todos identificamos y nos reímos del estereotipo, quizás no somos tan diferentes. Quizás todos llevamos un pequeño cuñado dentro. 

DEL CUÑADO 1.0 AL NEO-CUÑADO

Internet se ha encargado de actualizar el concepto de ‘cuñado’. Si el cuñado “clásico” necesitaba una sobremesa para soltar su sabiduría, el nuevo cuñado solo necesita una story y un filtro Valencia o un hilo ‘jugoso’ en X para desplegar toda su retórica para el deleite de todos su follower. 

 

Miami me lo confirmó y las redes se lo reforzaron; la fuerza del destino (que cantara Mecano) o del algoritmo no hacen sino ampliar como ondas en la charca (sic) y dar alas al impacto de sus hilos: apoyo entre iguales, confrontación entre contrarios y ensalzamiento de unas ideologías… que vistas desde bien alto son bastante comunes.

Porque sí, el neo-cuñadismo ya no va de tener opiniones sin base, sino de ensalzar lo común; convertir la normalidad en lifestyle.

 

El nuevo cuñado no hace deporte; va al ‘templo’ a hacer crossfit, se arregla la barba en una barbería, dice ‘me renta’, coge reservados con cachimba, tiene un Instagram lleno de sus fotos en la playa y se come una smash como cheat meal (con crítica gastronómica incluida. Sí, de un smash).

  

Lee el premio Planeta, ve las series más premiadas de la temporada, deja de fondo El Hormiguero o La Revuelta, escucha podcasts, se mete por el culo libros de autoayuda disfrazados de filosofía estoicista.  

 

Cree que cuestiona la norma, pero en el fondo la reproduce (gracias Jose María, por compartir que hoy fuiste al gym tirando de motivación y no de ganas) 

“BÁSICO”, “NORMIE”, “NPC”: LA EVOLUCIÓN NATURAL DEL CUÑADO 

El neo-cuñado se podría mofar de lo mismo que consume. Fotos del post-entreno; restaurantes de franquicia, ocio en centros comerciales. Nos reímos del normie desde nuestro iPhone. Nos burlamos del NPC, pero terminamos sobrepagando el destino veraniego de moda.

 

Y aquí está la magia del asunto: el nuevo cuñadismo no se combate, se asume, se transita y se abraza. Ser cuñado hoy es saber un poco de todo, hacer como que no te importa nada y sentirte superior por saber que, en el fondo, todos somos iguales. Es el nirvana del ego contemporáneo: el auto roast permanente. 

POST-NIHILISMO O CÓMO ACEPTAR QUE TODOS SOMOS CUÑADOS NPCS CON BUENA CARA 

No buscamos sentido, solo wifi y bienestar. Y quizás esa sea la evolución definitiva del cuñado: pasar de tener todas las respuestas a no necesitar ninguna. Abrazar la rutina pero con ironía y consciencia; saber que somos básicos, pero que lo llevamos con estilo. Sin avergonzarnos de repetir clichés.

 

Ser un cuñado 2.0 es abrazar el absurdo con crema hidratante y autoestima suficiente como para no tomarte nada (sobre todo a uno mismo) demasiado en serio. Y si el mundo no tiene sentido, al menos que te pille con buena luz y sin ojeras.

 

Así que, sí: todos somos algo “cuñados” en el fondo y en la superficie. Algunos de sobremesa, otros de feed. Algunos opinan en la barra del bar, otros en hilos de Reddit sobre alta y baja cultura. Lo importante no es dejar de serlo, sino elegir qué tipo de cuñado quieres ser: ¿El que se queja de todo o el que se ríe de todo, hasta de sí mismo?

 

Quizás el verdadero ‘subir de nivel’ masculino no está en el gym, sino en aprender a decir “no tengo ni idea de por qué, pero me gusta”. Y si para llegar a esa iluminación hay que pasar por una Tagliatella, un reel con audio de Rosalía y un poco de serum de noche, pues bienvenido sea.  

P.D.: El blog de esta semana viene patrocinado por nuestro serum Tan-Tan-Go. Combina autobronceador progresivo que te pone moreno no dorito con antioxidantes que frenan el envejecimiento. Para que tengas cara-cuñado muchos años y bronceada.

TAN-TAN-GO

Sérum de día con efecto auto-bronceado natural y activos multi-ingrediente antioxidantes. Broncea, protección ambiental, unifica el tono, promueve la producción de colágeno, revitaliza la piel.
44,99 €

COMPRAR AHORA